Hoy como siembre, les traigo la
reseña de una obra con una naturaleza inconmensurable, una obra de romance que
hace relucir su ambigüedad, pero que no decrece en belleza. Esta obra literaria
de gran renombre, es María de Jorge Isaac,
autor de una obra pero maestro en todo un género genérico.
Ciertamente, su forma tan particular
de escribir, tan asociada con su país pero del mismo modo, empleando un
simplismo procedente Europa, hace su obra un gusto ameno para degustar con los
ojos. Y, aunque su obra, es infaliblemente más gótica que romántica, ninguna de
estas facetas opaca a la otra; es más, están en una plena y metódica sincronía.
Su obra tan querida que es María, nos narra un romance de los mas
elogiables, una historia que parte de la premisa de los amores de María y su primo Efraín, un amor que explota luego de que Efraín regresa del extranjero
(en donde paso años enteros estudiando), y ve de nueva cuenta a la bella mujer
que hoy es María, y un sinfín de sentimientos que lo abaten con furor surgen de
la noche a la mañana. Y desde aquí hasta el final podemos ver el progresivo
amor entre María y Efraín, pero un amor imposible ya que no es la sangre la
frontera intrazable sino más bien una gradual enfermedad, una enfermedad que
atenta con llevarse la vida de María.
Por lo cual, vemos la contienda
de Efraín contra la enfermedad de su prima, María. Vemos, las emociones
sinceras de ambos, vemos una humanidad tan vivida que no es de extraña que surjan dentro de mí una fuerte simpatía por los personajes, vemos tantas cosas que resumirlas en palabras seria un brutal
spoiler para ustedes mis queridos amigos.
Por lo que nos centraremos en lo
que para mí, fue relevante. Y eso es mis amigos, el manejo en la narración por
parte de Jorge Isaac, nunca he visto
una forma tan fluida de expresarse por medio de la primera persona, pero del algún
modo Jorge lo consigue con total
naturalismo, no estoy siendo muy fanático o algo por el estilo, pero profeso
con la mayor honestidad que Jorge
está al nivel de escritores de talla mundial como Gabriel García marques y Varga Llosa. Y la razón radica en el simple hecho de que
fue innovador en su época y en su género, se puede decir que la estética que
emplea en cada capítulo es formidable aparte de ser tan artística como mirar un
despejado cuatro de mi sala de estar. Pero
si hay algo que debe señalarse como la vida misma, es su técnica para darle
vida a las letras, por lo que teniendo todo esto, porque no darle una oportunidad
a su trabajo literario, a su “niña bonita”. Y así, despido mi reseña trayendo a
relucir, que hay muchas obras que se centra en el romanticismo, pero ninguna
que hace lo que hizo María, marca un
tópico que a un hoy, en la literatura abunda.
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