Señores, no es de extrañar mi fascinación por el anime y el manga,
no obstante viendo obras de este calibre emocional (como la presente obra que
será reseñada) no me queda dudas que me falta aunque sea 20000 tomos de One Piece para sentirme completamente satisfecho
con esta grata afición. Pero que se puede espera de un mundo tan amplio como: “el
manga y el anime”.
Hoy les traigo un manga que para mí, me hizo llorar como una mujer
desconsolada y abandonada en el altar. Esta obra se llama: Koe no Katachi de Yoshitoki
Ōima. Lo sé, es un nombre difícil pero que vale la pena aprenderse cada
prefijo, sufijo y lexema que le compone.
Pero bueno, no me gusta hablar y hablar y… “no llegar a nada”, por lo
que creo que es el momento de hablarle sobre este intento de arma lacrimógena
impresa en papel.
Argumento.
Esta obra comienza con la vida de Shida Shōya, el galán del cuento.
En un difícil día, un día en que este decide tomar la decisión más significativa
de su vida, suicidarse. Pero antes de cometer tal locura, el renuncia a su trabajo
de medio tiempo, también hizo su carta de suicidio dejando entre sus hojas, un
dinero para su madre (por todo los problemas que este le genero), todo lo que
cualquiera haría en su momento más oscuro e irrevocablemente planeado. Pero aunque
él había ideado cada mínimo detalle que haría en su último día en la tierra aun
quedaba algo que debía hacer, algo que le generaba vergüenza y miedo. Y eso era
disculparse con Nishimiya Shōko, una chica a la cual éste le hacia bulling, y que es el foco central de
los demonios del protagonista.
Ya en este punto, podemos ver una transición de tiempo, en que nos muestran
el conflicto de Shida y Shoko en su juventud o mediana niñez. Shida era el chico busca-pleito de su
aula, y un adicto terminal a las pruebas de valor y las tonterías sin remedio.
Tales atributos lo volvieron en arrogante y narcisista, a tal punto que no
toleraba a la compañera recién ingresada que era Shoko, una chica sorda que apenas podía comunicarse con el lenguaje
de señas. Y esa realidad, genero además de una gran impresión en Shida, una gradual aversión, al no
poder comunicarse correctamente con ella.
Y así, comienza el temido bulling
contra Shoko por parte de Shida y sus amigos. Le escondía sus utensilios
escolares, sus aparatos auditivos, sus sandalias, todo para molestarla y ver su
reacción. Pero al final, nada pasó... porque ella no se molestaba en absoluto,
porque ella inocentemente quería hacer amigos.
Y un día, Shida enloqueció
por un acto de gentileza malentendido por su parte, y éste agrede físicamente a
Shoko. Causando luego de esa pelea,
que ella cambiara de escuela (por razones obvias). Y algo extraño paso luego de
su ida, el odio que él había sembrado en el corazón de sus amigos, un odio expresamente
para Shoko comenzó a mangonearse
hacia él.
Y bueno, recuerda que hace un momento mencioné que Shida quería suicidarse, la razón principal era por el odio de sus
compañeros de aula, un odio que prevaleció hasta la secundaria. Y nuestro
protagonista, no podía aguantar más, por lo cual decide hacer un acto cobarde y
socarrón algo que no iba con su antiguo yo, pero el daño progresivo atreves del
tiempo ya había ocasionado efectos en su psique y su temperamento.
Así que, volviendo a la realidad. Shida
va a la escuela en la que estaba ingresada Shoko,
para disculparse y luego de ahí… comienza la exorbitante y emocional historia.
Opinión personal.
Si me lo preguntas, es una gran historia, mejor que ciertas obras que
tocan la vida escolar y solo la definen como acariciar tetas y manosear culos. La
forma que nos muestra el maltrato escolar, el bulling y la influencia social
partiendo de una edad tan “inocente”, es convenientemente sagaz. ¿Por qué? se
preguntaran, simplemente por abordar la vida del abusador y la abusada, que
para mí es una dinámica esplendorosa, ver la incapacidad de comunicación de Shida y la actitud pasiva hacia la agresión
de Shoko, me demostró que es el detonante de la incomprensión
y el rechazo, y eso es la falta de comunicación y expresión emocional, que
lastimosamente no tiene una solución tan rosa como este manga, pero quién sabe
si un futuro muy lejano, la suerte le sonría a la humanidad.
Por lo cual, termino mi reseña… pidiéndote, aconsejándote, y sugiriéndote
que si tiene un minuto o dos, dale una ojeada a este magnífico manga, porque sé
que, si a mí me toco, igual a ti mi querido amigo.
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