Hoy le traemos un anime que, no sé cómo plantearlo. Es malo, es bueno, es
regular; ciertamente, es lo que es, un shonen
de pelea que sirve para entretener pero con un fin oculto de revivir una
franquicia, hoy mis queridos lectores le traemos el anime de Dragon Ball Super.
Puede parecer que a simple vista, la serie es un desacierto tremendo viendo
lo poco trabajado de su planteamiento, pero Akira Toriyama tiene una habilidad excepcional para volver una
premisa simple, en algo de completa profundidad. Muchos dirán que, no es el
viejo Dragon ball Z y que dicha serie está encaminada a
caer como lo fue su antecesora no canónica que es conocida muy a mi pesar (siendo el único que parece haberla
disfrutado) Dragon Ball GT, lo sé es
un trauma encéfalo craneal en la carrera de animación de Toei Animation, pero ese no es el punto aquí, la cuestión en
definitiva es ver la diferencia entre ambas, y… dicho de un modo poco
convencional, la diferencia entre ambas es como el agua y el aceite, la
renovación de los personajes en GT no logro reavivar la llama de carisma de los
personajes sino que, causo su progresiva extinción, en cambio en Super la personalidad de los personajes
prácticamente sigue siendo la misma con diferentes variaciones, variaciones que
intentan hacer a la serie más amena para el público joven y los viejos (¡ay,
como duele eso!) fan, que a mi entrever puede ser un defecto como un atributo
loable, pero lastimosamente dicha inclinación a lo infantil retiene la
evolución de los personajes; y cuando uno piensa que los personajes que
hicieron memorables Dragon Ball van
a la aparente acción, termina siendo todo un juego de meter y sacar, para
concluir con la introducción de Goku
y Vegueta (como se mostró en el arco
de Champa, en el cual ni Majin Buu
participo y, el pobre Picoro dio un
espectáculo decente aunque al final su participación dejo mucho que desear aunque... ¿que se puede esperar del maldito fanservice?).
Pero si vemos a Dragon Ball GT, ésta
no peca en esta cuestión ya que todos los personajes tienen su debido papel y
cumplen con un rol más detallado que introducir a los protagonistas
principales, en verdad… en cuestión de desarrollo emocional y afectivo GT gana, pero en el desarrollo e
implementación de las reglas y trama secular de su universo Super gana; lo que a mi parece y, no
exagero para nada en esto, mi querido Super
hace ver a mi pobre GT como una
mancha negra en la historia de Dragon Ball,
pero esto no quita que Super deja
mucho que desear si la comparamos con los diferentes arcos de Dragon Ball Z.
Pero no es de tontos tener un poco de fe a una serie que puede ser
prometedora, y más con la participación del gran maestro Akira Toriyama en su creación y prefacio argumental (el principal fallo
de nuestro pobre GT, a mi entender).
Por lo que yo, termino mi reseña con la sutil invitación de que le des una oportunidad
a un pequeño pedazo de nuestra infancia que a mi parecer, es algo que tu niño
interno gozara en sobremanera.
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